CAPRICHITO LA LLORONA


-Graciela Lecube Chavez-

-- ¿Por qué lloras, Caprichito? -- preguntó
una vecina a la mimada de la cuadra
al verla sentada en el umbral de su casa.
Con un puchero más lindo que su carita,
le contó con entrecortadas palabritas:
-- Mamita... tiró ... mis zapatitos viejos.
-- Pero veo que descalza no estás.
-- En casa tengo zapatitos blancos nuevos.
-- Ya me parecía. Tus papitos te quieren
mucho para dejarte sin nada mejor. Pero,
me pregunto yo, ¿por qué lloras si en casa
tienes zapatitos blancos que son nuevos?
-- Porque duelen mucho y no los puedo usar.
-- Los zapatos no duelen. Son los pies.
-- Entonces... Voy a pedir que me compren
otro par de pies, con menos deditos.

*****

-- ¡Ay, Caprichito, ¿llorando estás otra vez?
-- Yo lloro porque lloro, por eso es que lloro.
-- Para llorar hay que tener una razón. Dime
lo que te pasa para encontrar una solución.
-- Gracias tía. Entonces, saca esa mosquita
que se está tomando la lechita de mi tazón.

*****

-- Caprichito, hoy has llorado todo el día,
y si vas a hacerlo también a la hora del baño
al 911 llamaré a ver qué pueden ellos hacer.
-- Seguro ellos traerán lo que se te olvidó
usar: ¡el champú para niños, como debe ser!

Derechos Reservados. (Copyright 2008)

Comentarios

Anónimo dijo…
me gusto mucho mucho esta Caprichito.
Anónimo dijo…
Me da pena decir que las penas de la
lloroncita me hicieron reir. Es algo
diferente. Lo disfrute bastante.
Analuisa