Graciela Lecube Chavez
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Cada mañana al despertar
me alegro por lo que vendrá
ya que los Reyes Magos
iniciaron su marcha ya.
Creo oír pisadas de camellos
y oler los aromas a especias
que cargan mientras iluminan
de esperanza el mundo bello.
Cuento en el calendario los días
hasta que sea el seis de enero
y silbo como un jilguero
en espera del gran milagro.
No como, no bebo, no duermo,
sino brinco, bailo y ensayo
con energía mi recibimiento
tocando el antiguo cuerno.
Ya vienen los Reyes Magos
haciendo realidad lo que todo
niño espera de ellos: su magia
convertida en muchos regalos.
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