Graciela Lecube Chavez
© 2018
Anoche me fui a la cama
sin tener sueño y me puse
a contar ovejitas: 1…2…3…
pero no logré lo que buscaba.
El tiempo lentamente pasaba
sin que las ovejitas ayudaran.
¿Saben por qué? ¡Yo no sabía
contar después de cincuenta!
Y en la valla se amontonaban
esperando que otras llegaran,
y seguir saltando y corriendo
para que yo al fin dormitara.
Me puse a contar chanchitos
porque seguía igual despierto
y lo mismo pasó , porque 50
es 50 para ellas y ellos, igualito.
© 2018
Anoche me fui a la cama
sin tener sueño y me puse
a contar ovejitas: 1…2…3…
pero no logré lo que buscaba.
El tiempo lentamente pasaba
sin que las ovejitas ayudaran.
¿Saben por qué? ¡Yo no sabía
contar después de cincuenta!
Y en la valla se amontonaban
esperando que otras llegaran,
y seguir saltando y corriendo
para que yo al fin dormitara.
Me puse a contar chanchitos
porque seguía igual despierto
y lo mismo pasó , porque 50
es 50 para ellas y ellos, igualito.
Comentarios