Graciela Lecube Chavez
© 2018
Parado frente a la puerta
de mi casa, lo paso bien
mirando a los vecinos
chiquitos tirarse cuesta abajo
sentados en unos platos
plásticos de colores chillones,
que se parecen a sus mejillas
arreboladas. Ellos se ríen y yo
también. Sin querer queriendo
salen de las bandejas pintadas
derechito a la nieve blanca
dando patadas con sus botas
de cuero, manchadas. Viendo
cuánto lo gozo se acercan
a invitarme a unirme al grupo
dándome una bandeja colorada
como la punta de mi nariz mojada.
Eso sí que está bueno: jugar
a los 15 como si tuviera 9 todo
porque cayó mucha nieve.
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