Graciela Lecube Chavez
© 2018
Desde que aprendí que la muerte existe
tengo miedo de encontrarla y me quiera llevar.
Tan poderosa es, que ninguno se le resiste
y ni con “el oro y el moro” la pueden tentar.
La realidad es una por más que me cueste creerlo;
nadie se salva de morir y todos nos iremos un día:
Chicos y grandes, hombres y mujeres, ignorantes
y sabios, pobres y ricos, los famosos y los nadie.
Inesperadamente me sonreí al ver a mis padres
y a mi hermana haciendo planes para recibirme.
Fue cuando supe que no debía sentirme asustado
de la muerte, sólo es una amiga haciendo un regalo.
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