Graciela Lecube Chavez
© 2016
Filomena es una gatita linda y atrevida
que una noche se coló por una ventana
de la casa mía para ver si la recibían
y al hallarme, a mi lado quedó dormida.
Me desperté porque su pelo sedoso
me hacía cosquillas en la espalda.
Empecé a reír de modo escandaloso
como si estuvieran tocando mis nalgas.
¡Era Filomena haciéndose la graciosa,
porque no sabía cómo pensaba de ella!
No es que yo fuera una niña caprichosa,
capaz de enviarla derechito a las estrellas.
Es que Filomena siempre salía ganando
cada vez que sus atributos en juego ponía.
Así se ganó a mi familia con Nana diciendo:
“Quédate con ella. Será buena compañía”.
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