Graciela
Lecube Chavez
© 2016
Al fin el
domingo amaneció sin viento
y bastante
tibiecito para que mis padres
decidieran
ir de picnic en familia. Mamá
se lució con
un puré de coliflor al que
sazonó con
aguacate y nos soprendió
con lonjitas
de batatas asadas. En medio
del banquete
mi hermanito Rodolfo
preguntó qué
había para beber, y mami,
devota de no
consumir aditivos, dijo:
“Nada de
sodas que hacen mal, sino
agua con
limón”. Apenas nuestros
papás se
tiraron en el pasto sobre
unas frazadas
que guardaban
en el auto,
nos pusimos a jugar
con los
árboles del lugar. La comida
estuvo
padrísima y el ambiente también.
Por primera
vez en mis doce años
abracé a un
viejo árbol que temblaba
como
pidiendo que no lo dejara...
Aquel picnic
en familia me enseñó
una gran
lección…prestar atención
a lo que me
rodea, porque el amor
aparece donde
menos se le espera.
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