EL SUBMARINO


Graciela Lecube Chavez

© 2016


De todos los juguetes para varones
mi preferido es el grisáceo submarino,
que largo y estrecho a puros sacudones
avanza entre corales y peces marinos.

Duermo en alta y estrecha "camilla",
de perfil apenas si puedo transitar
y si "algo" se avecina, oigo una cornetilla
tan estridente que quisiera volar.

Si supieras las veces que me veo nadando
en las heladas profundidades del mar,
pero yo no soy niño de quedarse pensando
sino que prefiero reaccionar y actuar.

Me voy a la cocina, de leche lleno ligerito
un vaso bien alto y un trozo de chocolate
le zambullo, que queda flotando quietito
para que de un mordisco no lo arrebate.

Me divierto de lo lindo en este ambiente
donde doy rienda suelta a mi imaginación,
sin torcer ni romper nada de lo que tiente
a formar remolinos de tremenda confusión.

Por eso, me inventé con mucha astucia
un submarino hecho todito de chocolate,
para poner punto final a cualquier angustia
creada por no se qué, trate de lo que se trate.

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