A SOLAS CON MI OTRO YO

 
Graciela Lecube Chavez
 
©  2016


 
Ahora que estoy crecidito
 paso mucho tiempo con mi otro yo
escuchando sus reclamos,
exigiendo respuestas que me cuesta dar.
 
“¿Por qué te vas sin arreglar tu cuarto?
¿por qué te peleaste con tu hermano?
¿por qué crusaste con la luz roja?
¿por qué gritaste sin razón?”
 
Y yo mismo me respondo:
“Balancear nuestros impulsos
es algo normal de todos los días
y a veces actuamos sin pensar”.
 
 Este ejemplo es solo un modelo
para los que ansían triunfar:
avanza sin que tu otro yo te reproche
“hasta dónde y cómo quieres llegar.”
 

Comentarios