QUIERO SER VOLUNTARIO

Graciela Lecube Chavez

©   2015




A la cama me fui más tarde que nunca prendido del televisor,
escuchando con mis padres la noticia de una gran inundación.
Tan impresionado estaba que no saqué a mi perro Pomidor
a dar su paseo acostumbrado para evitarle una indigestión.

No me cepillé los dientes, olvidé mis oraciones de costumbre,
me metí en la cama con el pijama al revés y así me dormí.
Abrí los ojos y en medio del mar me vi flotando a la lumbre
de una fogata dentro de un bote hecho con cáscara de maní.

Las olas me levantaron, mi corazón se aceleró y mis brazos
en remos se convirtieron. Decidido y sin miedo quise llegar
hasta el sitio inundado y prestar toda mi ayuda sin retazos.

Mamá me despertó con un chocolate caliente en alta mar
mientras un delfín empujaba feliz mi cascarón a aletazos,
todos empeñados en salvar a la gente afectada del lugar.


Comentarios

Anónimo dijo…
This is adorable and inspiring that a small child would be consumed with helping people in need.