ARZOBISPO ROMERO TODO POR LA PAZ


Graciela Lecube Chavez
 
©   2015



Nací argentina, en el Polo Sur. Una mueca
del destino me llevó al Norte. Pero me siento
del país llamado Paz, que no tiene Sol ni Luna
porque La Paz es siempre una. El mismo color.
La misma fragancia. La misma promesa.
Y siempre-siempre la misma esperanza.
 
Pero hundirse en la Paz, quedar enmarcado
en la Paz, crecer-crecer hasta morir en la Paz,
no es de humanos, sino de un humano que vivirá
como santo en aquellos  que respetó y defendió.
Así como Arzobispo Romero, hijo de mestizos,
que nació y murió, ejemplo de devoción.
 
El beato Romero, Siervo de Dios, mártir feliz,
muerto salvajemente en el altar de su iglesia
será pronunciado Santo en mayo 23. Repicarán
las campanas como nunca antes lo hicieron
y el mundo orará por el primer Beato
salvadoreño rumbo a su aposento en la Paz.
 
¡Qué festejo para el Santo en su nuevo hogar!
El odio devoró su carne pero no su empeño
en proteger a los marcados por la injusticia,
el que a treinta y cinco años de su martirio
sonríe y dice: “Por la Paz de Todos, Señor”.


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