Zoraida
Rivera Morales
© 2015
Sentada en el balcón de
su casa, Carmen piensa, piensa y piensa.
La Sra. González, su maestra, hace una fiesta todos los meses para
celebrar el cumpleaños de los estudiantes de su grupo de cuarto grado. Claro,
sólo si son disciplinados. Y este mes hay muchos chicos y chicas que cumplen
año. Carmen quiere llevar algo especial para la fiesta, pero aún no sabe qué.
–– ¿Podemos ir al supermercado, Mami? Tengo una gran idea ―dijo
Carmen después de un rato.
― ¿Qué necesitas para tu gran idea? – preguntó su mamá, Laura.
― ¿Qué necesitas para tu gran idea? – preguntó su mamá, Laura.
― Necesito una lechuga pequeña, dos o tres tomates y queso rallado― dijo
Carmen.
― ¿Sólo eso? ― dijo Laura riendo.
― No, además necesito carne molida, queso crema y chips de maíz.
― No, además necesito carne molida, queso crema y chips de maíz.
― Oh, ya sé. Quieres hacer un cielito lindo o como yo le llamo, una tacada. Es una muy buena idea―comentó su mamá.
Tan pronto llegaron a la casa, su mamá cocinó la carne molida. Carmen buscó una escudilla redonda y llana en el gabinete de cocina y
se la mostró.
―Esa no ―dijo su madre ―. Carmen siguió buscando hasta que
encontró una fuente rectangular y más profunda. Su mamá sonrió y dijo que estaba
perfecta.
― ¿Sabes que hacer ahora? ―preguntó su mamá cuando ya la
carne estaba cocida.
Carmen sonrió. Había
visto a su mamá hacerlo muchas veces. Cubrió el fondo de la fuente con queso
crema mientras su mamá cortaba media lechuga y dos tomates en trozos pequeñitos.
Después, colocó la carne molida encima. Carmen
añadió los trozos de lechuga y tomate, y después, regó el queso rallado sobre
ellos. Ya casi estaba listo.
Al día siguiente, Carmen llegó a la escuela con su fuente
rectangular. Cuando la maestra le autorizó lo ubicó en el microondas que hay en su
salón. La calentó por un minuto, pero el queso no estaba derretido. Así que lo calentó por otro
minuto hasta derretirlo. Entonces invitó a los compañeros a probarlo sobre los chips de maíz.
Chicos y chicas estuvieron de acuerdo que era un entremés delicioso para celebrar los cumpleaños.
―Gracias, Carmen ―dijeron a coro―. ¡Qué idea sabrosa!
Nota: Esta receta requiere la ayuda de un adulto por eso no se explica cómo preparar la carne.
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