Graciela Lecube-Chavez
© 2014
Desde que fui “mocoso”
mis papás me inculcaron
a ser un chico generoso,
y para mi bien, antes
aprendi a ser juicioso.
Al escuchar a mamá
orando por una lotería,
de curioso le pregunté
para qué la quería:
“Para compartir alegría”.
“Para compartir alegría”.
A su respuesta le pregunté:
“¿Compartirás conmigo?”
“Con mi familia es sabido
y algunos conocidos”.
“¿Acaso te lo pidieron?
“No, quiero sorprenderlos
con un regalo no pensado.
Eso me hará feliz, tal cual
como lo he planeado. ¡Así
todos seremos afortunados!
Comentarios