Ideas para que la lectura se vuelva un hábito contagioso


Estuve leyendo un artículo donde varios escritores aportaban ideas para fomentar en los adultos el hábito de leer. Solo así, como modelos nuestros niños como de costumbre nos imitarán o… ¿de dónde creen que los niños han adquirido la costumbre de no querer leer? ¡Acertaste! De nosotros los grandes. Dentro de las ideas, aquí te voy a mencionar algunas que ellos aportaron y que yo te las envío para ver si se nos “pega” algo bueno y bonito,


“Leer en voz alta en las casas, equipar con buena literatura las salas de espera de los consultorios médicos, dedicar en la escuela minutos de lectura por puro placer y fortalecer los encuentros de docentes con escritores, son experiencias que podrían ponerse en marcha con un poco de recursos y mucho de inteligencia, decisión y voluntad”.

1. La escritora Tununa Mercado promovió reemplazar "las revistas obsoletas en los consultorios y ofrecer espacios de lectura sin la interferencia de la radio, la televisión y el celular". Sugirió que "los ómnibus de larga distancia no apaguen la luz a la noche para que la gente pueda leer" y "enseñar a leer de pie, en la fila de un banco o en la calle, al estilo de los monjes que caminaban leyendo en los conventos".

2. Para Mempo Giardinelli, la premisa es la lectura por placer. Así, los abuelos cuentan cuentos, recorren las escuelas de todo el país con consignas estrictas: pasan 20 o 30 minutos en las aulas con los chicos y los docentes tienen prohibido hacerlos trabajar después sobre los textos leídos. "Nada de redactar oraciones, subrayar sustantivos o encargarles dibujos. Queremos inculcarles la lectura por placer", contó Natalia Porta López, coordinadora del grupo de Resistencia.

3. "La experiencia se extendió a hospitales geriátricos, comedores y hogares de día", agregó Adela Rattner, coordinadora nacional del programa, que en 2006 se amplió a todo el país, a partir de un convenio con el Ministerio de Educación y el PAMI.

4."La consigna es leer con amor y por placer", explicó Giardinelli, que promueve dos acciones en las escuelas: que los maestros abran la jornada con una lectura en voz alta de cinco minutos, para compartir con los alumnos un texto que les guste, y terminarla con diez minutos de lectura libre y silenciosa de los propios chicos.

5.Guillermo Saccomano, autor de El buen dolor , consideró fundamental el trabajo entre docentes y escritores. "Tenemos que lograr que un escritor vaya a un aula y se encuentre con chicos y docentes que lo hayan leído". En tanto, Pedro Mairal, autor de El año del desierto , no confía en imponerles a los chicos la lectura. "Hay que acercarles los libros y que ellos elijan, que sientan la libertad y el placer de hacerlo."

Y para concluir, ojalá que el gobierno pueda hacer suyas estas magníficas ideas y propulsen propuestas que fomenten más la lectura. Nunca será suficiente lo que hagamos si va dirigido a este propósito.


“Educar juntos”

Editado por: María A. Pérez Santiago

autora puertorriqueña

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