PARECES LO QUE ERES


por Graciela Lecube-Chavez
 
©   2014



– Ven, acércate, me pediste
que te contara un cuento
y un cuento te voy a contar,
no un cuento de mentirita
sino un cuento de verdad.
– ¿Ese cuento me va a gustar?
– Ya lo veremos al final.
– Entonces, ¡comienza ya!
 
–Había una vez...
– Así no comienzan
los cuentos de verdad.
– ¿Quién lo dice?
– Quien lo va a escuchar.
– Eres pretencioso.
– ¿Qué quieres decir con eso?
– Que te crees mejor que nadie.
–¿Y si fuera cierto?
– Callar sería lo correcto.
Deja que otros te alaben.
– ¿Y si se olvidan de hacerlo?
–Ten paciencia, chicuelo.
–  ¡Ay, yo contigo no puedo!
Olvídate del cuento, te ruego.
– Como quieras, pretencioso.
– No me lo digas de nuevo.
– ¿Por qué no. . . si te queda
como anillo al dedo?
– Porque contigo no juego.
– ¿De veras? ¡Yo no lo creo!
 

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