por Graciela Lecube-Chavez
© 2014
Me conocen como una niña rara
porque no juego con muñecas
sino con palabras, cortas o largas,
tristes o jocosas, extranjeras o
nacionales, de significado oscuro
o claro, fáciles o difíciles de recordar,
regaladas o descubiertas al leer
por segunda vez lo que en la primera
no supe reconocer. A veces me río
sola cuando invento algo que sé
es divertido, como hacer una lista
de palabras terminadas en “on”:
pienso en pantalón y aparece camisón,
saxofón atrae a canción, y compasión
se convierte en oración... Es curioso
ver con cuanta rapidez una palabra
atrae a otra del mismo familión . . .
y así en sucesión hasta esconderse
en un cajón vacío sin iluminación.
Qué papelón pasé con la conmoción
que caucé, pero ¡yo sola me castigué,
sentada por horas en un sillón del salón!
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Delia