por Graciela Lecube-Chavez
© 2020
– ¡Ahí viene el Profe!–, gritaban
los chicos al ver que se acercaba
a paso redoblado el Sr Consoli,
que enseñaba...¿qué enseñaba
aquel pilar de músculos que
al verlo nos ponía a temblar?
El otro lado de la moneda era
“el Santa del violín”, el panzón
de Garsilazo, cargando música
bajo el brazo, ¡Y qué decir
del atractivo maestro Miguel,
que hablaba de la geografía
como si fuera un pastel!
Para enseñar francés estaba
“la Coneja”, madre de seis,
amiga de la señorita Soler
que solo hablaba inglés.
Seria, sabia y autoritaria
la imponente Dra Sanabria
mostró usando el puntero
que en matemáticas nada
sería sino es. ¡Curioso!
Aún me cuesta multiplicar
pero de ordenada, ni hablar.
¡Qué grupo de personalidades
como educadores tuve yo!
De todos, Natividad Vila
– nombre completo y real –
sigue siendo la maestra ideal.
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