HASTA LOS ANIMALES...





por Graciela Lecube-Chavez

©  2014

En mi familia todos tenemos "algo" físico
que nos gustaría fuera diferente:
mi primo Arturo tiene orejas de burro...
mi tía Lorena, en la nuca, poca melena...
su hermana Carlota es toda barrigota...
el tío Pomidoro detesta su nariz de loro...
y así uno a uno se somete al bisturí
en las hábiles manos del cirujano Tapolí.
Los "transformados" son, además 
de mis parientes, miles de otros humanos
decididos a verse diferentes, creyendo
que así serán mejores seres vivientes.
En esto no están solos, porque hasta
los animales se prestan a ser otros,
como en el caso del burrito Caramelo
que aprendió a marchar como caballo.
Y ahora trota, alza las patas delanteras,
sacude la cabeza, relincha, se tira
al suelo y se pasea con gran orgullo
ante los presentes cuyas voces
de alabanza semejan un gran barullo.

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