Desde que comenzó a hablar,
Pablito dijo “cayolas”
a los lápices de colores
con los que le gustaba jugar.
Cuando fue su turno de ir a la escuela
Pablito sabía que el sol era amarillo,
los árboles,verdes, sus ojitos azules como el cielo
y roja la lengua bailando con las muelas.
Por mucho que su maestra lo intentó
y sus compañeritos le dijeron
que no se dice “cayolas” sino crayolas,
Pablito a nadie escuchó.
La cajita donde las guardaba
vacía se quedó, pero Pablito la cargaba
como algo especial que era
porque le recordaba lo que nunca olvidó.
Comentarios
-En la Argentina les decimos crayones
El poema una hermosura.
Tu prima