por Graciela Lecube-Chavez
© 2014
Una mamá canguro de Australia emigró
y como saltaba igual que granitos al estilo
rositas de maíz, unos chicos argentinos
muy ocurrentes la llamaron “Pororó”.
Ella, halagada, con ese nombre se quedó,
y ahora dando saltitos por las pampas
tan flaquita se quedó, que los mismos chicos
le regalaron un disco con el ritmo Zumba
para que se divierta aún más y mejor.
¡Pero no está sola! En la bolsa de su panza
tiene a su hijito que salta igual que ella
dando pataditas con mucha precisión.
Madre e hijo disfrutan zumba que te zumba
igualito que un moscardón, y haciendo
lo que tanto les gusta se han convertido
en un dúo solicitado por miles de jóvenes
fanáticos, ¡que los aclama con admiración!
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