Walter el perro pedorrero


Reseña por Ariadna Sánchez

La historia que les presento el día de hoy se titula Walter el Perro Pedorrero escrito por William Kotzwinkle y Glenn Murray e ilustrado por Audrey Colman.

Walter el perro pedorrero es un chusco y divertido cuento que gozarás enormemente con toda la familia. El simpático relato está lleno de humor y carcajadas al igual que un sinfín de olores.
Walter es un perro que es rescatado por Guillo y Betti de la perrera local. Walter es tierno, juguetón y leal. Al principio la familia piensa que el olor de Walter se debe quizá al nerviosismo de estar en un nuevo hogar. El desagradable olor persiste y las flatulencias están a la orden del día. Aún con la esperanza de que se tratara de un problema estomacal todos aguantan el olor.
Gas tras gas, en cualquier lugar sin importar la hora; Walter deja escapar sus apestosos gases. Toda la familia llega a la conclusión de que Walter es simplemente un perro pedorrero. Pasan las semanas y la condición de Walter no mejora. Tratan de curarlo con cuanto remedio y producto este a su alcance. El padre de Guillo y Betti se enfada de esta incómoda situación. La familia entera ha hecho de tocho morocho con Walter y nada que funciona. El papá de los chicos le lanza un ultimátum a Walter “Otro gas y te vas de regreso a la perrera.”
Betti y Guillo lloran y le suplican a su padre que no lo haga. Walter impactado al ver la escena, decide hacer todo lo posible por aguantarse los gases a toda costa. Walter no quiere irse de la casa y se dispone  a realizar un esfuerzo.
Walter empieza a llenarse de aire al contener sus ganas de aventarse un gas. Su estomago empieza a inflarse como un enorme globo que reventará en cualquier instante. Walter debe contenerse los gases de lo contario su destino es la perrera. En ese instante, la  noche cae y unos ladrones entran a la casa. Los amantes de lo ajeno amordazan a Walter mientras ellos roban las cosas de la casa. Walter ya no puede ni un segundo más y suelta todo el aire que hay dentro de su cuerpo. Es tan pestilente el olor, que los ladrones salen atolondrados de la casa. La policía atrapa a los ladrones y Walter se convierte en el héroe del hogar. Walter no es enviado a la perrera sino todo lo contrario. Permanecerá con la Guillo, Betti y el resto de la familia sin importar que los olores de Walter sean agobiantes.
La moraleja de la historia es que todos tenemos defectos. Lo importante es saber tolerar las imperfecciones. Todos fuimos dotados con más virtudes que defectos. Lo que sucede es que enfocamos la atención en lo negativo pasando por alto lo valioso de las personas.  La perfección es una utopía no te frustres en alcanzarla más bien disfruta cada instante a plenitud con espíritu de aceptación y tolerancia. Recuerda que la lectura te da alas. ¡Nos leemos la próxima semana!

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