por Graciela Lecube-Chavez
© 2013
Desde que Ross
llegó a mi vida,
me levanto temprano
para darle su comida.
Acepta lo que le doy,
no protesta, me mira
con amor y me besa.
Salimos a caminar
y contento me sigue
por donde yo digo.
Ross no es un perro
sino mi mejor amigo.
Comentarios