por Graciela Lecube-Chavez
© 2013
Escondida en el pupitre escolar,
olvidada en el bulto de útiles
o perdida bajo el sofá de la sala
está la cajita de crayolas para pintar.
El amarillo alegra con su brillo,
el azul acaricia como un tul,
el rojo responde a mis antojos,
el verde siempre me sorprende...
Los colores todos juntos crean
el arco iris de mis fantasías
invitándome a volar cuando
quiera sin que me vean.
“¡Qué tonto soy”, me digo,
“mejor luego pinto otra cosa!”
Y me voy, solo, sin ellos,
ansioso de encontrar un amigo.
Comentarios
des kayo largo