PASEAR EN FAMILIA



Graciela Lecube-Chavez
 
 
©  2012


Cada vez que la familia
sale a recorrer caminos
con papá guiando su auto
de cuatro puertas, yo corro
a sentarme atrás, junto
a la ventanilla derecha, como
le gusta a mi perrito Toto.
Lo acomodo en mis rodillas
y él me mira jadeante y gozoso
como si me preguntara juicioso:
– ¿Tengo tu permiso, Alejandro?
Mis hermanitos comienzan a cantar:
“Sí, Toto, haz lo tuyo, mimoso”,
pero él me vuelve a mirar, y sólo
cuando le digo “Sí” con los ojos,
se asoma para sentir la brisa,
el hocico mojado, la lengua afuera
y su pelo blanco ondulando.
Yo recuesto mi cara en su cuello
y también recibo el suave viento.
Papá grita: “No saquen la cabeza”.
Mis hermanitos se ríen, divertidos.
Mamá nos ofrece uvas sin semillas.
La radio suena a todo volumen.
¡Cómo me gustan estas salidas!
¡Qué divertido es pasear en familia!


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