UN DIA DIVERTIDO

Graciela Lecube-Chavez

 © 2012


 Ilustración de Hernán Estrada

El día amaneció calientito
y sentí deseos de nadar;
al grupo de amigos llamé
y montado en mi bicicleta
ligerito al lago yo llegué.

¡Qué alegría me dio verlos,
todos ansiosos como yo
de pasar un día divertido!
Nos reímos por reírnos
aunque fuera sin sentido.

Hicimos música con latas
vacías y con una llanta vieja
nos mecimos. Las moscas
nos invadieron sin permiso
molestándonos por toscas.

Sobre el pasto descansé un
ratito, visitado por hormigas,
gusanos, mariposas, pajaritos,
y de una gallina desorientada
buscando, creo, a sus pollitos.

Al descubrir un tierno trébol
de cuatro hojas, di un grito,
me paré con suma destreza
y corrí hasta el manso lago
para zambullirme de cabeza.

Pero la cosa no acabó allí;
toqué fondo, tragué agua
y sentí que de mi pierna
se hizo sin permiso dueña
¡una ranita muy tierna!


Comentarios