Graciela Lecube-Chavez
© 2012
La nieve cayó de los tejados
dejando el suelo de blanco bañado.
Los pájaros ya no son alados
y en los nidos parecen pintados.
Con el viento el frío se puso peor,
unos animales resistieron apenas
el embate del tiempo aterrador
y otros siguieron buscando su calor.
Lo miré como se mira al invierno,
algo así como un desolado infierno,
sin ese fuego impaciente e interno
que no sabe cómo ser tierno.
El frío se irá al fin bien decaído
lejos de los que por él han sufrido,
y para mantenerse feliz y aterido
buscará dónde hacer un nuevo nido.
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