LA PROMESA DE TÍA PINA



Graciela Lecube-Chavez

©  2011


Tía Pina dijo que vendría hoy
para traernos sus deliciosas
empanadas de carne molida
mezclada con aceitunas,
cebolla blanca y pasas-uva
pero ya son pasadas las cinco
de la tarde y no hay señales
de ella por ninguna parte.
Llegó la noche y obligado
fui a mi cuarto a dormir
con la pancita vacía porque
estaba más que seguro
de que tía Pina no vendría.
Si ella escuchara la protesta
de mis tripitas, compasión
de mí tendría por privarme
de su fiesta culinaria. Orgullo
tendría que sentir por ser tan
buscada, si no por ella misma,
por sus ricas empanadas.

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