¡ARRIBA LA VIDA!



Graciela Lecube-Chavez

©  2011


Para entretener un rato a unos viejitos
asilados contrataron al conjunto
“Los de afuera”, compuesto de cuatro
zapatos rotos con los tacones salidos
y varios pocitos en las suelas.

Entraron desconfiados, abriendo
los ojos con cuidado. No querían lastimar
a nadie y menos ser lastimados.
En todo momento se trataban con respeto
para tener siempre la fiesta en paz.

Los cuatro artistas eran de distintos países
y se trataban con evidente cortesía
aunque nunca cultivaron una amistad.
Uno era de Brasil, el segundo de Etiopía,
el tercero de Cuba y el cuarto “del mundo”, decía.

Se pusieron unas pelucas de colores,
se dieron la mano y sonrientes entraron al salón
con armónicas, guitarras y castañuelas.
Al bailar causaron sensación: los viejitos
dejaron los sillones y al aire botaron sus bastones.

Aquello fue un reventón de zambas, mambos,
cumbias, bachatas, chacareras y tanguitos.
“Los de afuera” no pararon de tocar, cantar y bailar
pasada la medianoche, descansando de a ratitos,
y gustosos aceptaron cuando les invitaron a quedar.

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