Como a Marisa le gustaban los colores los usaremos así la alegraremos a ella también. Aunque se haya ido de gira, como se dice cuando los artistas mueren y ella lo era, trataremos de contar como era Marisa y cuánto amor ponía en lo que hacía.
A pesar de estar enferma ella era entusiasta, simpática, sonriente, con ganas vivir y mostrar lo que hacía. Siempre debemos hacer lo mejor que podamos cuando amamos escribir o cantar, o dibujar. Tuve la inmensa dicha de verla y hablar con ella gracias a la tecnología que usada de buena manera es maravillosa. Une mundos, países, ella en EE .UU. y yo en Argentina.
La charla fue corta pero amena, linda, inolvidable. Me contó de su ilusión de un nuevo libro donde varias mujeres escritoras escribirían cada una un cuento y se recopilarían el libro llamado Pívot. Una de las escritoras que compartía este proyecto era Carmen Tafolla quién me contó de la ilusión de Marisa en este nuevo proyecto. Marisa pidió la participación de varias escritoras latinas. Este libro tenía por tema el momento de transformación o cambio en la vida de muchachas latinas. Lo sometió a la opinión de varias editoriales hace como un año pero Carmen creyó que no lo aceptaban publicarlo por la situación económica de muchas de ellas, no por la calidad de la obra. Marisa y una redactora habían analizado en detalle cada obra antes de incluirlas en la antología. Hace poco le dijo a Carmen Tafolla que enviaría el proyecto a Arte Público Press. Carmen agregó: “Pienso escribir a Arte Publico a ver si quieren publicarlo, todos queremos ver era antología como un testamento de su vida.”
Supe por ella, pues tuve la suerte de charlar con ella gracias a la tecnología que nos acompaña en estos días, Skype donde de computadora a computadora no sólo podes conversar sino ver a la otra persona y que ella te vea. Me contó que había escrito varios libros de abogacía, recetas y muchos más para los niños, y que trabajaba en una ambiente lleno de colores cual niño, una biblioteca llena de libros de cuentos con peluches colgando o acostados sobre sus libros, su sillón de color rojo.
Poemas, cuentos, visitas a escuelas, como escritora no se privó de nada, contó cuentos. No dejen de visitar su página Web, ella sigue allí con sus cuentos, recetas, poemas.
Si, ella me llamó el 14 de agosto y fue un lindo regalo, un lindo detalle de su parte. Y le doy las gracias. Ojala me escuche. Si creo que todavía la veo en por su cámara Web con su cabello rojo y sonriente conversando conmigo.
Leticia Teresa Pontoni
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