Graciela Lecube-Chavez
© 2011
© 2011
Anita da vueltas y más vueltas
en su cama con sabanitas rosadas.
¿Algo le molesta dentro de su cabecita
o la culpable es la funda almidonada?
La mamá viene a darle su bendición
para que duerma feliz y contenta,
y como se aflige viéndola en tal condición
por lo que piensa y no dice, le cuenta:
—Había una vez un niño superactivo
que parecía tener alas en los pies.
Un día “voló” tan impulsivo
que rompió varias plantas a la vez.
Ya en su cama, de noche, la mamá lo halló
contando ovejitas buscando el sueño reparador,
por lo que con mucho cariño, le recomendó :
En cambio de contar ovejas, habla con su pastor.
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