Graciela Lecube-Chavez
© 2011
Tanya es una niña preciosa,
tez de nácar, cabellera rizada
y larga, boca de tierna rosa
y manos finas de hada.
Niña mimada de la familia Dupríe
tiene a todos de ella pendientes
cuando se presenta de pronto y sonríe
enseñando sus perlados dientes.
Ella se comporta siempre segura
y obra con absoluta decisión,
para sus doce años es madura
y por eso la quieren sin exepción.
Pero hoy al verla con la cabeza
rapada, sin pelo ni nada,
gritaron de pura sorpresa:
“¿Qué te pasó, niña adorada?”
“Algo que me sugirió el corazón.
Le dí mi pelo a una enfermita
que lloraba por el suyo y con razón
porque ella y no yo lo necesita.
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