Graciela Lecube-Chavez
© 2010
En silencio te digo: “Ven,
que una leche tibiecita
te aguarda en la mesa
de la cocina, con miel,
nueces y galletitas”,
mientras ansiosa espero,
hijo mío, que el autobús
te traiga de la escuela
para darte un abrazo
que fue creciendo
mientras aprendías
en clase, lejos de mí.
Ven, come y cuéntame
todo al mismo tiempo
-aunque sin modales-
pero lleno de alegría
repitiendo lo que hacías.
A tu lado me siento niña
compartiendo picardías,
los ojitos brillantes
de inocentes fechorrías
con el aliento entrecortado
porque correr ya no podía.
Hijo, tú y yo somos uno,
unidos más allá de la vida.
© 2010
En silencio te digo: “Ven,
que una leche tibiecita
te aguarda en la mesa
de la cocina, con miel,
nueces y galletitas”,
mientras ansiosa espero,
hijo mío, que el autobús
te traiga de la escuela
para darte un abrazo
que fue creciendo
mientras aprendías
en clase, lejos de mí.
Ven, come y cuéntame
todo al mismo tiempo
-aunque sin modales-
pero lleno de alegría
repitiendo lo que hacías.
A tu lado me siento niña
compartiendo picardías,
los ojitos brillantes
de inocentes fechorrías
con el aliento entrecortado
porque correr ya no podía.
Hijo, tú y yo somos uno,
unidos más allá de la vida.
Comentarios
Autora, ¿tiene usted hijos?
Contésteme por LOSBOGUITOS
que busco siempre. AGradecida.
Alguien que la admira.
ECUATORIANA
Mil gracias por tu comentario.
Sí, tengo un hijo y dos nietas.
==========graciela==========