Graciela Lecube-Chavez
© 2010
Acaba de nacer y tendido en su cunita
de hospital parece una florecita natural.
Ojitos apretados, boquita cerrada,
a gotas le va cayendo la babita.
El papá a solas lo mira embelezado
por el vidrio en el área donde los bebés
están siendo atendidos y siente que
una lágrima le corre hasta los labios.
La lame, la guarda, sonríe y ansía
tenerlo para él solito en sus brazos,
sentir la ternura de su cuerpecito
y decirle “soy tu papá” día tras día.
Y si él se siente así con su niñito,
¿qué hará cuando ya crecidito
el mismo tesorito se aferre a él
con uno solo de sus deditos?
Comentarios
se lee tierno. Mi papa dijo que yo
le hice lo mismo y que sigo
jalando duro. los acabaditos
nacidos son de fuerza como el burro.
Marcelito Ferro