LA JIRAFA BAMBALINA

Graciela Lecube-Chavez

© 2010


El desierto la jirafa Bambalina
camina con mucho dolor de patas.
Cada vez le cuesta más y más subir
la ardiente arena de las colinas.

De lágrimas se colman dolientes
sus grandes ojos, pero Bambalina
no se rinde porque toda misión
quiere cumplir ¡aunque reviente!

¡No, así no, mi querida Bambalina!
Si das todito lo que mejor puedes
sin que la conciencia te lo reproche,
prueba otra vez, admirable peregrina.

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