¡QUÉ AFORTUNADO SOY!

Graciela Lecube-Chavez

© 2009



Me levanté tempranito y me desayuné
con mis padres y hermanos. Somos seis
en total y formamos una familia especial.
Estamos unidos por el amor y el respeto
que en el hogar hemos aprendido.
Escuchando las noticias primero
y cómo la interpretan mis papás después,
me considero un chico afortunado:
duermo en una cama yo solo,
me baño a cualquier hora con agua
corriente en una tina limpiecita,
como tres veces al día y a veces más,
en el armario hay ropa de todo tipo,
voy a la escuela para estudiar
y allí aprendí a escribir, leer y sumar.
En los bolsillos no me falta
un dinerito para comprarme
alguna revista, soda o golosina,
voy al cine, patino, monto bicicleta
y hasta aprendí a tocar la corneta.
Río, juego, tengo amigos y un hogar.
A mi edad ya puedo razonar,
y sin que nadie me lo recuerde
puedo por mi mismo apreciar
lo afortunado que soy. Razón
por la cual doy gracias a todo
y a todos por igual.

Comentarios

Anónimo dijo…
este poema destaca en forma clara y muy amena la independencia en todo ser humano,a los chicos les encanta el tener libertad para hacer lo que puedan sin depender de nadie... y eso si, asumiendo la responsabilidad, una virtud que todos aprendemos de nuestros padres. Gracias poetisa intelectual por recordarnos la infancia.L/M
Unknown dijo…
Que afortunado soy.
Graciela, se lo lei a Camilito, el niño de Manuel Herrera, y le encanto tu poemita, bello, transparente y sincero.
Felicidades

Ivan Acosta