Nuestro Sol Mañanero


Flautín tibiecito,

amarillo pollito,

que asomas a mi ventana,

cantándome bajito.



¡Despiértate! Me dices,

alumbrando mi cara,

ya los gallos cantaron,

y tú sigues durmiendo.



Perezosa, despierto,

salgo ya de la cama,

arrastrando mis pies,

el instinto me guía.



¡Solecito, buen día!

al regreso te digo,

gracias por tu tibieza,

a la escuela ya voy.



María A. Pérez Santiago

autora puertorriqueña
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