Dulces, cariñosos, con su ronroneo nos acompañan, así son ellos, muñecos de suave peluche que les encanta dormir en cómodos almohadones, sillones, o camas. Los hay grises, negros, de diversos colores según la raza y el sexo. Son animales muy bellos, algunos dicen que son traicioneros, pero yo sé que no.¿Desde cuándo están con nosotros? Los primeros en traerlos fueron los romanos. En Egipto eran objeto de culto, pues disminuían la cantidad de ratones en aquellas comarcas. A veces el amo lanzaba un boomerang para atrapar pájaros, y los gatos se los traían.En la Edad Media se les temía, pues como son de hábitos nocturnos se creía que por las noches trataban con el diablo.El Renacimiento fue una de las épocas doradas para los gatos: amos y sirvientes, todos tenían un gato. En la India se les incluía en ceremonias ocultas y religiosas.
En América del Sur, los Incas le rendían culto. En Tailandia, en China, se los sigue adorando. Figuras de gatos fueron encontradas en tumbas egipcias, en mosaicos y pinturas romanas.Los hay de pelo corto y de pelo largo, pero tienen cuerpos muy flexibles. Son de vista privilegiada, adaptada para la caza nocturna. Existen 40 variedades de gatos, como el Abisinio, Himalayo, American Curl, Rex y otras.
En cuanto a sus cuidados, requieren atención como todas las mascotas, pero es esencial que siempre tengan agua fresca, y su caja con arena o algún producto moderno creado exclusivamente para controlar el olor, esté limpia. Deben estar vacunados, no lo olviden. Por el bien de ellos y de toda la familia.Se dice que los gatitos negros traen mala suerte porque trabajan para las brujas. Se podrán inventar muchas historias, buenas y malas, pero quien tuvo o tiene un gatito sabe que todos son buenos, dulces, tiernos, y una gran compañía, lo sé.
Leticia Teresa Pontoni
Comentarios