MI HIJO Y YO


Graciela Lecube Chavez

©  2018





En silencio te digo: “Ven,
que una leche tibiecita
te aguarda en la mesa
de la cocina, con miel,
nueces y galletitas”,
mientras ansiosa espero,
hijo mío, que el autobús
te traiga de la escuela
para darte un abrazo
que fue creciendo
mientras aprendías
en clase, lejos de mí.
Ven, come y cuéntame
todo al mismo tiempo
-aunque sin modales-
pero lleno de alegría
repitiendo lo que hacías.
A tu lado me siento niña
compartiendo picardías,
los ojitos brillantes
de inocentes fechorrías
con el aliento entrecortado
porque correr ya no podía.
Hijo, tú y yo somos uno,
unidos más allá de la vida.


Comentarios