FUERA DE CÁMARA

Graciela Lecube Chavez

© 2018


En la alberca comunal del distrito
Las Palomas, un día de mucho calor
comenzaron a jugar y terminaron
a aletazo limpio los cinco patitos 
de la viuda Picotazo y los cinco 
de otra viuda más joven y sosegada,
como lo era doña Gallina Moderada.
- ¡Cua, cua, cua!- gritaba la Pata,
y la Gallina no se quedó atrás: 
- Pío, pío, puá ... puá, puá.
Estas mamás no se entendían entre
tantos cuas cuas y píos puás.
Sus críos, los responsables de este
lío mayor, al ver a sus madres
defendiéndolos a pluma y sin espada,
se reían con tremendas carcajadas.
Atraídos por el bochinche, dos canes
cadetes de la policía anti-intrusos
se acercaron ladrando ¡GUAU, GUAU!
Y como nadie obedeció la orden de ¡Alto!,
temerosos de confrontar a intrusos
disfrazados de lo que ellos no sabían,
dispararon sin mirar hacia las cámaras
secretas por si acaso. GUAU GUAU 
por aquí y GUAU GUAU por allá, 
patos y pollitos desaparecieron 
por órdenes de sus mamás. La alberca 
quedó hasta de agua vacía y en pleno 
silencio el verdadero intruso
aulló medio de capa caida: 
"Qué escándalo, mama mía".



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