Graciela Lecube Chavez
© 2016
En medio de la
vorágine olímpica
surge una voz
colectiva intetresada en saber por qué los atletas
sin excepción
muerden la medalla de oro
apenas se confirma
que la ganaron.
Años atrás las
medallas de oro no eran de oro... ahora que lo son
de verdad, la
muerden porque si los dientes dejan huellas,
las medallas no
parecen ser de oro sino que lo son. Como dice
el dicho: “Al pan,
pan y al vino, vino”
Nada de realidades
ocultas, de mentiras por necesidad
ya que ser o parecer
no es lo mismo. Por dentro y por afuera
soy el mismo y lo
mismo me pasa por delante y por detrás.
Me miren como me
miren no quiero que haya diferencia,
que confundan una
cosa por otra... que me crean ser una cosa
cuando en realidad
soy otra... parecer ser una
una hoja de algodón
cuando en realidad soy
una servilleta de
papel grueso.
Para mí sería
terrible parecer un gato muerto
y en realidad ser el
ratón
destinado a la
parrilla.
Comentarios