TRADICIÓN CASERA


Graciela Lecube Chavez
 
©  2016


 
LA COQUETA era la tienda favorita de niñas,
jovencitas, y de abuelas como Violeta Macías
que una tarde de junio llevó de compras allí
a sus dos nietecitas. 
Cuando terminaron de ver los modelitos para
niñas de 6 años, la señora le preguntó a Tanya:
--¿Te gustó alguno?
-- Sí... éste... el azulito.
-- Pruébatelo y si te gusta mucho mucho, por ser
una niña buena te lo regalo para tu cumpleaños.

Cuando estaban en fila frente a la caja registradora
para pagar, una niña de su misma edad lloraba
a gritos, sin importarle que llamaba la atención.
-- Mamá, no voy a usar esa cosa que compraste.
¡Es horrible!-- Las hermanitas se miraron sin hablar.

En el taxi de regreso a casa, Naty, de once años, 
dijo como si fuera una señorona hecha y derecha:
-- Tu vestido es precioso y te queda perfecto.
Violeta Macías, mujer pensante y observadora,
apreció lo bien que se llevaban sus muchachitas.
 
Llegó el esperado cumpleaños y con él,  los amigos
con regalitos, listos para romper la piñata y comer 
helado y bizcocho. Violeta, confiada y serena llamó 
a las niñas que acudieron felices a su lado.
-- Corran, corran-- les dijo -- que les tengo una sorpresa:

-- El día en LA COQUETA rogué para que crecieran
con respeto y armonía, sin envidia y sin mentiras.
Tanya, a partir de este cumpleaños tuyo, tu hermana
también recibirá un regalo. Así, Naty, cuando celebres
otro año de vida,Tanya recibirá lo suyo".

Cerrado este pacto, abuela Violeta necesitó explicarlo: 
-- Yo no sé cómo comienzan las tradiciones, pero para mí
son promesas que se cumplen año tras año en la fecha
establecida. Fecha que no se olvida...¡ fecha que hace
falta en la vida para sentirse a salvo de las mentiras"!  


 

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