Por Ariadna Sánchez
© 2016
La
familia es una fuente de absoluta enseñanza. Es también un semillero de valores
y principios que marcan en gran medida la personalidad de sus integrantes. Como
madre de familia, uno de esos valores que estoy tratando de alimentar en mis
hijos es el amor por los animales. Todo ser viviente, merece respeto y un trato
digno. De acuerdo con la Asociación para la Defensa y Prevención de la Crueldad
contra los Animales (ADPCA), tener una mascota posee beneficios físicos como psicológicos
entre los que destacan: el simple hecho de acariciar a las mascotas disminuye
la tensión y el ritmo cardiaco, reducen el sentimiento de soledad, promueven
la actividad física al mismo tiempo que favorecen el contacto social y con los pequeños
del hogar fomentan en el respeto y la lealtad.
Las
mascotas se convierten en un integrante más de la familia, por lo cual toman y
juegan un papel importante en la vida diaria. Las responsabilidades que implica
el cuidado de la mascota crea lazos que generan aprendizaje y madurez. Es una tarea
en equipo que vale la pena realizar. Las sonrisas y la sensibilidad por otros
seres vivos es un valor que transciende.
La
lectura te da alas. Visita la biblioteca publica para seguir empapado en el mágico
mundo los libros. ¡Nos leemos la próxima semana!
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