Redacción
y fotografía: Kevin Jared Martínez Márquez
En el tercer
nivel del Edificio Arocena, iluminada por hermosos candelabros de techo y
vestida con pintorescos objetos, se encuentra la Casa Histórica Arocena; un
proyecto de ampliación-restauración propio del Museo Arocena. Esta casa-museo
descansa en una de las edificaciones más emblemáticas de los alrededores, un
vetusto edificio construido en 1920 por la familia Arocena.
En cada
habitación se pueden apreciar muebles, objetos ornamentales y artículos
personales que representan y evocan a una de las épocas más destacadas de la
Comarca Lagunera. Las piezas propias de la región invitan a las personas a
viajar años atrás para conocer el estilo de vida de los que disfrutaron y
forjaron la ciudad en su momento, más precisamente entre 1919 y 1936. La
muestra histórica pretende mostrar los rasgos más característicos del ámbito
político y económico, así como lo que definió a la movilidad social y a la vida
privada.
La exposición
incluye un patio central que permite observar todas las recámaras, el oratorio,
el despacho y el gran salón. Las sillas, las mesas y los demás muebles y
objetos del comedor se visten con la corriente artística propia del
«renacimiento español».
El «Gran Salón»
funcionó como el espacio ideal para las ocasiones especiales. "El piso de
madera y sus adornos, los detalles decorativos en las paredes y el mobiliario,
nos hablan de la importancia del lugar. Se destacan los sillones Chippendale y
las butacas en estilo y época Luis XVI, además de una gran alfombra en gobelino
francés que cubre casi toda la estancia", destacan redactores del museo.
Las recámaras,
con decoraciones llamativas y poco abundantes, fueron de utilidad para brindar un
descanso apropiado y estable. Las bases para los colchones, así como los otros
muebles de las recámaras, están hechos con fina madera de roble español y
presentan un estilo artístico neoclásico. El baño, tapizado con un color blanco
acogedor, fue en su tiempo el más moderno de la ciudad.
El oratorio acompañó
a toda aquella persona que buscaba un momento de reflexión espiritual.
"Una de las características de las familias españolas que emigraron a La
Laguna a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, fue la práctica de
valores bien arraigados como la religiosidad católica", establecen
redactores.
La Casa Histórica
Arocena abrió sus puertas en el año 2010, brindando todo un magnífico paseo a
través de la vida de las personas que para entonces comenzaban a resguardar a
La Laguna dentro de sus corazones.
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