por Graciela Lecube-Chavez
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En un picnic familiar,
de esos que se inmortalizan en el recuerdo,
hubo sandías
rojas y jugosas hasta para regalar.
Iba yo a hincar los dientes
en una segunda tajada de cáscara
lisa y verde
cuando me detuve a pensar, muy sonriente,
“A todos se nos olvidó
que julio es “el mes de la sandía” aquí ,
en Estados Unidos,
el país que con o sin ganas nos adoptó”.
La sandía es fruta y vegetal al mismo tiempo,
miembro de la familia del pepino,
cargada de propiedades
como el estar hecha de agua un 90 porciento.
La sandía alimenta, hidrata,
refresca, ayuda. Saboréala a temperatura normal,
fría sobre hielo, en salmuera como “pickle”
y hasta horneada en la parrilla.
Y si al partirla vez que su pulpa
es de color amarillo, no te asustes ni te asombres,
la puedes comer igual
sin sentir ninguna culpa.
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