SOY ORIGINAL



por Graciela Lecube-Chavez

©  2014


En una tarde de verano, a las afueras de Salinas,
un grupo de muchachos quinceañeros
del pueblo donde juntos han crecido,
 se divierten nadando en aguas cristalinas.

El arroyo Aguilera es centro de reunión
para la juventud en tiempo de vacaciones,
que descarga su energía
divirtiéndose a lo grande sin excepción.

Exponentes de la moda del día,
todos están tatuados de la cabeza hasta los talones
menos uno de ellos que mantiene
su piel intacta todavía.

Ernesto se jacta de ser original. ¿Original?
¡Sí! Diferente, único, especial.
“Me gustan los tatuajes”, dice, “pero de tenerlos,
sería como ellos y perdería mi personalidad.

Benditas sean las diferencias
compartidas en armonía, cada cual haciendo
de lo suyo sin exigir que los demás
pierdan el derecho de tener sus experiencias.



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