EL CIRCO Y YO



por Graciela Lecube-Chavez
 
©   2014


 
La primera vez que visité un circo
fui sin querer queriendo. Apenas
tenía tres añitos y me asusté tanto,
que lloré y lloré no sé hasta cuando.
 
La segunda fue hace poco, para
mi cumpleaños número ocho,
a uno más grande de tres arenas,
con artistas variados a manos llenas.
 
Los leones lucían sus colmillos,
los elefantes bailaban aferrados
a los hombros de otros en hilera,
los tigres saltaban por aros encendidos.
 
El público reía y aplaudía cuanto podia,
la banda de fuerte que tocaba, aturdía,
los acróbatas a los trapecios se subían,
y yo, divertido, las palomitas me comía.

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