Septiembre,
¡Ay, empiezan las clases!
Ya no voy a dormir tarde.
Mi cama queda solita,
la teve, también la playa.
Tengo ganas de llorar,
pero no lloro porque…
Allá en la escuela me esperan,
mi amigo Ricky y Javier,
mi buena amiga Susana
y la chistosa de Ana.
Allá los libros me esperan
y yo quiero aprender.
No quiero ser ignorante.
¡Es que hay tanto que saber!
Me pelearé algunas tardes
con los números,
lo sé. Tal vez con un cuento largo
o una asignación difícil,
pero yo tengo una meta
de ser biólogo marino
y estudiar es el camino
para alcanzar mi objetivo.
Septiembre,
llegan las clases.
Voy a llorar…
y a reír. Después de todo,
hay sábados para dormir
hasta tarde,
y domingos,
para irme de paseo.
© Zoraida Rivera Morales
2013
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