por Graciela Lecube-Chavez
© 2013
Escondido al fondo de una gaveta
que no cerraba bien, encontré
un tesoro que por tiempo guardé
de la manera más discreta.
Era el diario de mis doce años
donde anotaba lo que sucedía,
segura de que lo necesitaría
para subir nuevos peldaños.
Lo tomé con mucho cuidado
evitando de que se abriera
ante un extraño cualquiera
revelando lo guardado.
De pronto asocié mi diario
con el tweeter del presente:
la gente revela lo que siente
sin temor de los comentarios.
Tweeter es un clon desafiante
del tímido diario del pasado:
éste se mantuvo reservado
y aquel no le teme a la gente.
Comentarios
Es verdad que todo ha cambiado, no si para mejorar o no. Creo que la intimidad de un diario era cosa muy privado y muy confinable, era
como hablar con un amigo intimo y que guardaba tu secreto e ilusiones.
Ahora todo el mundo divulga todo por la electronica. Que pena.
gonzalo madurga