La Casa Embrujada



Una casa desolada,
solitaria y olvidada, 

con pocos colores,
nadie sabe qué pasó.

Nadie se veía en
ese lugar.
El jardín se cuidaba,
todo prolijo estaba.

Pero las personas
nunca se veían
por ese lugar
en ningún momento.

Haciendo travesuras
un día nos metimos,
con algo de miedo
aquella reja cruzamos.

El silencio reinaba,
si estabas quieto,
nada se escuchaba
en aquel lugar.

Ventanas muy cerrradas,
cortinas raídas,
ya no era lo que fue
aquella bonita casa.

La historia ya termina,
la casa allí quedó.
Y nunca más se abrió,
y la historia se cerró.


Leticia Teresa Pontoni
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