LA MEJOR HERENCIA

 Graciela Lecube-Chavez
 
© 2013
 
 
Una tarde, al hablar
con mi único retoño varón,
quedé muy complacida
con su modo de pensar.

El tema de la conversación
era los abusos cometidos
sin remordimiento alguno
por ciertos líderes de la nación.

– Ellos deberían ser los faros
alumbrando la ruta de los jóvenes
como yo. En cambio se dejan llevar
por la avaricia, sin descaro.

Mamá, de ti aprendí que la vida
sin honor no merece ser vivida.
– Y yo lo heredé de mi padre,
otro ejemplo de gente agradecida.
 
 

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